¿Destruyendo el Mundo? (1ra. parte)

Un ensayo sobre los principales problemas ambientales en Guatemala y su incidencia en la educación

Éste es el ensayo que presenté para el Examen Técnico Especial de la carrera de Profesorado de Enseñanza Media en Ciencias Naturales con Orientación Ambiental. Ha sido dividido en cuatro partes con títulos para ser publicado en varias entradas, una por día,  y he agregado algunas imágenes –no demasiadas para evitar violar derechos de autor– para no aburrir y hacerlo más atractivo para el lector, pero obviamente no fue así como lo entregué. El contenido de estas entradas puede ser usado en investigaciones escolares siempre y cuando citen al autor, o sea, yo, pero tómese en cuenta que esto es un ensayo, no una investigación. Las referencias bibliográficas usadas se encuentran al final de la 4ta. parte.
Bueno, sé que están ansiosos por empezar a leer lo que escribo y no quiero hacerlos esperar más. Empecemos.

Introducción

La contaminación es una de las mayores problemáticas en la actualidad respecto al medio ambiente. Sin embargo, algunas personas son ajenas o indiferentes ante esta situación. Debido a esto, el principal objetivo de este ensayo es presentar un nuevo enfoque del papel del ser humano en el planeta y con el medio ambiente. El hombre cree que está destruyendo el mundo o que puede salvarlo, pero presentaré argumentos para demostrar que el planeta no está en riesgo, sin embargo el ser humano sí puede destruirse a sí mismo como especie como consecuencia de su actividad inconsciente y desmedida en el medio ambiente.

Para tal fin, se describe qué es la contaminación y sus distintos tipos, se analiza el impacto que ésta tiene en los recursos naturales y en los componentes del sistema climático de la Tierra y en consecuencia, sobre el mismo clima. Posteriormente, se analiza el concepto de Antropoceno como una nueva época geológica, como ha sido propuesto por algunos científicos en años recientes y un breve repaso a los eventos más catastróficos en la historia de la Tierra.

La Contaminación

La contaminación se define como “la adición de impurezas al medio” (Odum, 1988). Con base en esta definición y en un sentido más amplio, puedo decir que la contaminación es la alteración del medio ambiente a través de la inserción de sustancias que no pertenecen a él o de la disminución o eliminación de los elementos propios de dicho ambiente, lo cual provoca a su vez la aparición o el aumento de otros elementos. De esta forma, cualquier modificación negativa que se le haga o provoque al medio ambiente puede ser considerada una forma de contaminación.

A mi criterio, es muy difícil hablar individualmente de la contaminación de los recursos naturales y de cada componente del sistema climático de la Tierra, ya que muchos contaminantes afectan a varios de éstos, no sólo a uno, y la contaminación de un componente afecta a los demás. Hay un dicho famoso entre los ecólogos y ambientalistas: “Todo está relacionado con todo lo demás… No se puede exterminar un componente del sistema sin observar cambios impresionantes en otras partes del sistema” (Audesirk, Audesirk & Byers, 2008). No debe emplearse únicamente el enfoque reduccionista, como tampoco sólo el holista, puesto que pueden obtenerse conclusiones muy diferentes, sino más bien una combinación de ambos, ya que el todo es más que la suma de sus partes. Así pues, se puede hablar en conjunto de la criósfera, hidrósfera y atmósfera, que son los componentes del sistema climático de la Tierra que tienen en común la presencia de agua en sus tres estados, sólido, líquido y gaseoso, respectivamente.

"La Canica Azul" (2012)
Imagen propiedad de NASA/NOAA/GSFC/Suomi NPP/VIIRS/Norman Kuring recuperada de esta página

Contaminación del Aire

La contaminación de la atmósfera proviene principalmente de los contaminantes gaseosos, los cuales se forman al quemarse combustibles fósiles. Algunos de ellos son el dióxido de azufre (SO₂), óxido nitroso (NO) y monóxido de carbono (CO) (Odum, 1988). Estos gases provienen de las chimeneas de las industrias y de las casas, de los escapes de los vehículos con motor de combustión interna, de los incineradores y de los aviones. Varios de estos gases forman ácidos al combinarse con el vapor de agua, causando la precipitación de lluvia ácida, la cual es muy destructiva para la vegetación e incluso es corrosiva en metal y piedra. Esto significa que es muy dañina para los cultivos y para los suelos, limita los recursos de agua potable, causa enfermedades en la piel y en las vías respiratorias.

Uno de los efectos más importantes de la contaminación del aire es la alteración del efecto invernadero, el cual es un “proceso en el que ciertos gases atrapan la energía de la luz solar en forma de calor en la atmósfera del planeta” (Audesirk, Audesirk & Byers, 2008). De forma natural, el efecto invernadero es un fenómeno que permite que exista la vida haciendo que el planeta tenga una temperatura aceptable y más o menos constante. Pero el efecto invernadero se está viendo acentuado por la emisión de gases debido a la actividad humana y el resultado es que el calentamiento global se está intensificando. Los gases responsables de este efecto son el vapor de agua (H₂O), dióxido de carbono (CO₂), metano (CH₄), óxidos de nitrógeno (NO_x) y los clorofluorocarbonos (CFCl_x). Esto se ve agravado por otras actividades humanas, como la deforestación, las cuales limitan la capacidad regenerativa de la atmósfera para eliminar el dióxido de carbono.

Cada año, los bosques guatemaltecos capturan alrededor de 510 mil 999 toneladas de dióxido de carbono, gracias a su extensión de aproximadamente 3.6 millones de hectáreas, de las cuales 2.2 millones se encuentran en la Biósfera Maya, al norte del país (Meza, 2015).

Algunos de los efectos ambientales del calentamiento global son el derretimiento de los casquetes polares y glaciares, aumento en el nivel del mar, inundaciones, cambio en la temperatura, salinidad y densidad de los océanos, modificación de las corrientes oceánicas e impredecibilidad del clima. Estos efectos no sólo influyen en el medio ambiente, sino además tendrían repercusiones biológicas y económicas. Puede verse que el ingreso de agua dulce en los océanos debido al derretimiento de la criósfera puede considerarse una forma de contaminación indirecta, puesto que se trata de la adición de impurezas al medio (tal cantidad de agua dulce y de baja temperatura no es propia de los océanos y altera sus cualidades).

Contaminación del Agua

El agua es uno de elementos indispensables para la vida. De hecho, cuando se busca vida en otros planetas o por lo menos que sean habitables, se busca la presencia de agua. La vida se originó en el agua. Actualmente cubre el 72 % de la superficie terrestre, lo cual engañosamente nos hace creer que disponemos de mucha agua y por lo tanto no nos preocupamos al respecto como recurso natural renovable. De cada 100 litros de agua que hay en la Tierra, 97 son de agua salada; los 3 litros restantes son de agua dulce, pero 2 de ellos están atrapados en las capas de hielo y glaciares y casi un litro se encuentra en acuíferos subterráneos. Sólo 10 mililitros de agua dulce se encuentran en la superficie, de los cuales 87 % se encuentra en lagos, 11 % en pantanos y sólo 2 % en ríos (Shiklomanov, 1993). Esto nos da una perspectiva de cuán limitado es este recurso. De ahí y de su importancia para la vida es tan necesario evitar su contaminación.

Representación gráfica de la distribución del agua terrestre
Imagen propiedad del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS) recuperada de esta página

La contaminación del agua proviene de tres fuentes principales: industriales, domésticas y de la agricultura (Odum, 1988). Las industrias son los máximos contaminantes de las fuentes hídricas; las cuales causan una contaminación seria cuando vierten desechos químicos directamente en los ríos. Investigadores de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC) afirman en un estudio del 2014 que el 95 % de los líquidos que provienen de plantas industriales regresan a los ríos, mares y lagos sin haber sido tratadas antes (Orantes, 2015). Esto quiere decir que si bien el territorio nacional cuenta con suficiente capacidad hídrica, no se ha sabido aprovechar el recurso. La mayor parte de los contaminantes industriales no son biodegradables e incluyen compuestos químicos, sales y solventes. Otro gran problema son los derrames de petróleo de pozos de extracción y barcos.

La contaminación doméstica proviene de las aguas residuales y de los desechos sólidos. El agua de drenaje no es tratada en demasiadas comunidades y todavía se vierte en los lagos, ríos o el mar. En Guatemala, “169 municipios de los 339 del país cuentan con plantas primarias para el tratamiento de aguas residuales, esto es el 50 %. Hace cinco años, un estudio dio a conocer que el 98 % del agua en Guatemala estaba contaminada con materia fecal. Otro dato del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) del 2011 señala que cada año la capital producía 140 millones de metros cúbicos de aguas residuales, de las cuales solamente era tratado el 5 %” (Orantes, 2015).

Pasos de la depuración mediante una planta para el tratamiento de aguas residuales. De la depuración resultan varias clases de lodo. Algunos de estos pueden contener metales y otros desechos tóxicos y no deben reintegrarse a la tierra.
Infografía propiedad de Siglo.21 recuperada de este documento

Los seres humanos también han contaminado el ambiente con sustancias químicas, llamadas pesticidas, para combatir las plagas de los cultivos. Los pesticidas entran al subsuelo y se filtran hasta contaminar el agua freática, a la vez que contaminan ríos y lagos. Algunos contaminantes ingresan a la red trófica por los seres vivos que beben o habitan en el agua contaminada.

2da. parte